sábado, 28 de mayo de 2011

Medianoche entre extraños - Prólogo -



Prólogo (entero)

La pequeña lloraba desconsolada, lloraba y lloraba y su llanto incesante me punzaba los oídos como cuchillas, gritaba su nombre desesperada pero las lágrimas la asfixiaban igual que si se estuviera ahogando impidiéndole hablar. Mis pasos marchaban de un lado hacia otro, con la luna sobre mi cabeza observándome caminar confusa entre la oscuridad. Los árboles disminuyeron en espesor y el nudo que llevaba atado a la garganta desde que salí de mi habitación se había quitado por arte de magia. Un lago se extendía ante mí y sonreí al ver a la niña llorar a orillas del lago asustada, tiritando de frío y con los pies húmedos  llenos de fango. Caminé despacio tranquilizando a la niña y ella dejó de llorar, apartó sus cabellos rubios de la cara y miré su ojitos húmedos de color aguamarina. Mi hijita, mi pequeña… Espera, espera, espera; yo no tengo ninguna hija, si solo tengo quince años ¿¡quién es esa niña!? Pero ya estaba demasiado cerca de ella y su mano ya me ataba a la suya como si fuesen cadenas. Intenté zarandear mi mano para que ella se soltase, tiré intentando zafar su agarre pero la sostuvo con fuerza; sus manos húmedas y escamosas me empujaron, caí estúpidamente sobre una superficie de madera y entonces las lágrimas se amontonaron en mis ojos y el nudo se hizo en mi cuello como si me fuese a estrangular. La niebla no era suficientemente espesa como para no permitirme ver que estábamos en una pequeña barca y el agua a mí alrededor la impulsaba despacio. Miré a la niña, y la reconocí por el extraño color de sus ojos. Ariza se alzaba ante mí semidesnuda con las escamas que a la luz se tornaban violeta azulado recorriéndole fugazmente el cuerpo.
–  Bienvenida a
Wilmington – dijo ella antes de saltar dejándome ver su cola de sirena brillar bajo la luna.  Me incorporé rápidamente, agitada, intentando ver en la niebla a la chica.
– ¡Ariza! –, grité –. ¡Serás guarra!
 El espeso manto siguió igual de obscuro con la melodiosa balada de las ranas sonando. Unas risas se escucharon a lo lejos, miré con odio el lugar de donde habían venido las risitas, y supe que me dejarían aquí como jugarreta a la nueva estudiante.  
Recuerdo el día en que visité la escuela de Wilmington por primera vez, era una típica mañana de otoño, donde las hojas empezaban a caer lentamente de los árboles y el viento aún soplaba aire de verano. La alta fachada del edificio no parecía de un instituto, nada daba indicio de ser un lugar donde dieran clases. Cada recodo de la construcción había sido elaborado perfectamente, cada arco, cada ventanal; los cristales impolutos, sin una sola motita de polvo. Tremendo escalofrío me recorrió la espalda al oír el timbre sonar después de tanto tiempo.  Oí que mi tía; – bueno, mi tía segunda –  me hablaba, pero era tal el grado de embelesamiento que ni la oía. Sólo asentí a lo que decía hasta que notó que no le hacía ni caso. Nos detuvimos ante la fuente que decoraba el patio, y en ese momento le pregunté estúpidamente, aún sabiendo la respuesta, si esto era realmente un instituto, es que no me lo creía, era demasiado bonito.
– ¿Te gusta? –, me preguntó. A lo que yo asentí lentamente –. Imparto mi  especialidad en bellas artes, en este instituto privado, es uno de los mejores y por eso quiero que vengas aquí.
Sabía que era profesora, pero nunca supe dónde empleaba su enseñanza, en realidad, no sabía nada de mi tía. Me mudé a su casita hacía dos meses y en su hogar yo era como un fantasma, estaba ahí, pero no estaba, apenas hablábamos y si lo hacíamos eran  frases cortas y respuesta de si y no. Y fue entonces cuando eché de menos a mi hermano.
      Apoyé con temor mis manos en la madera desgastada de la barca y asomé la cabeza para encontrarme con la turbia agua que se hallaba deslizándose bajo ésta despacio como si estuviese caminando. La madera rechinó sonoramente y se rompió bajo mis manos dejándome caer. Los minutos que pasé bajo el agua descendiendo se me hicieron eternos, mirando el fondo luchando por distinguir las figuras borrosas que esperaba que no se tratasen de una de ellas. Luché por subir a la superficie rápidamente y me dediqué a nadar en círculos intentando no ahogarme, agitando mis pies violentamente en el agua sin saber  que dirección tomar.
 Comencé a mover mis brazos torpemente, cohibidos por el frío mientras avanzaba por el agua lentamente, la barca se había perdido y mi mente solo podía pensar en la orilla, en sentir la tierra mojada en vez del agua. Seguí avanzando, una figura que parecía ser una de ellas se acercaba a mí despacio, empecé a gritar su nombre con odio, pero se aproximaba sin decir una palabra.
– Ariza –, dije entre dientes tragándome los insultos. Nadé para acercarme a ella, apretando los puños para darle en toda la cara, pero cuando  distinguí la figura, el pequeño bote ya estaba frente a mí dándome de bruces contra la madera.
No sabía exactamente lo que pasaba a mí alrededor; veía la luna crear luz bajo el agua verdosa y los peces nadar a mi alrededor, el fondo del lago se acercaba y si no lo impedía la vegetación del lago me engullirían, pero mis manos estaban tan rígidas como piedras  y mi cuerpo pesaba tanto como si fuese de metal. Me dejé descender y el oxigeno salía de mí poco a poco. Un brillo dorado me llamó levemente la atención, un objeto que parecía un collar había caído, mis dedos quisieron tocar su volumen, descendí a propósito y cogí el colgante, en ese momento ascendí lo más rápido que pude, me estaba asfixiando. La niebla apenas se hacía notar y  el embarcadero me esperaba, nadé hasta él y con torpeza pude llegar a la madera e impulsarme subiendo todo mi peso hasta él. Recosté mi espalda en el suelo de madera, y quise dormir hasta mañana o pasado mañana. Tiritando de frío me hice un ovillo y mis ojos se cerraron lentamente.

Abrí los ojos cansada para ver qué me había despertado y hacía ese ruido tan insoportable,  una pequeña y verdosa rana emitía esos molestos ruiditos a unos centímetros de mí, y yo no pude evitar mirarla con asco. Intenté echarla, ésta saltó al lago, dándome cuenta violentamente de que realmente me había quedado dormida en el embarcadero abandonado. Me puse en pie lentamente, la mañana estaba próxima  y yo seguía con las mugrientas ropas de anoche y con restos de fangos por mi piel. El colgante yacía a mi lado brillando, refulgiendo como si estuviese rodeado de neón, era un caballito de mar, un precioso y pequeño caballito dorado en un colgante que le hacía honor. No sabía que hacía ahí, ni me importaba, ahora era de mi cuello.  Miré el lago, libre de niebla y oscuridad, ahora se me hacía tan pequeño que creo que podría nadarlo sin problemas; la barca estaba media hundida y sólo tenía una opción. Giré mi cabeza lentamente y la opción tenía hojas y muchas ramas; el bosque se tornaba tan tétrico que quise quedarme ahí, por si a caso me perdía, nunca fui buena en orientación, tan solo hacía una semana del día de mi llegada, aún estaba asimilando tener que convivir con ellos, todavía me costaba caminar por el instituto sin perderme, mentira, aún no sabía ni donde estaba el baño y siempre acababa girando y girando el plano que tenía desde principio de curso. Antes me quejaba de la pequeña  habitación de la casa de mi tía, ahora me gustaría vivir de nuevo en ella. 
     Caminaba lentamente por el embarcadero que rechinaba bajo mis pies, rezando porque no se rompiese.  Unos arbustos me daban la bienvenida al bosque y entonces me puse en marcha, diferentes pinos y arbolitos se cruzaban en mi camino, era costoso abrirse paso ahí, y las ramas no dejaban de golpearme por todos lados.  En ese momento intenté recordar como había salido de mi cabaña, pero si estaba durmiendo, recuerdo que había llegado agotada de tantas clases y fui a la biblioteca por primera vez, que era enorme por cierto. Me acosté cerca de las diez, luego me quedé dormida. Entonces, ¿cómo acabé persiguiendo a una hija que no tengo y en un bote con una sirena? Daba igual de que forma hubiera llegado a creerme semejante tontería como que Ariza era mi hija, lo importante es que me he perdido y llevo perdida desde que salí de mi habitación inconscientemente. No tenía más que seguir hacia delante gritando de vez en cuando esperando que alguien respondiese mis ¿holas? Mi mente no quería callarse y para aumentar la tensión de no encontrar una salida mostrándome la fachada del instituto  tenía que llegar a él para prepararme rápidamente antes de ir a clase de historia del arte, por suerte o por desgracia no era mi tía la profesora que me daba esa asignatura. Comencé a caminar más rápido sin importarme cuantas ramas se interponían en mi camino. No se veía más que árboles, y el silencio sepulcral me hacía titubear muchas veces ante la idea de seguir avanzando, el ulular de un búho sonó cerca de mí procurándome un buen susto que me hizo correr asustada.
– Malditos búhos –, susurré. Pero la felicidad me invadió al ver una alta construcción ante mí, una fachada de madera y tejas oscuras que no era mi instituto. 


Espero que les guste, tiren sus tomates o alabanzas en los comentarios xD

6 comentarios:

  1. ¡Woooooooooooooooooooo!

    Eso estuvo bastante bueno...

    Un poco enredado, porque estaba muy chiquita la letra, pero estuvo bastante embrolloso. Saltabas de una cosa a otroa y cada vez me dejabas mas y mas picada...

    Muy buen prologo...


    Espero y puedas acabar pronto tu primera capitulo y no lo muestres...


    ¿Sirenas?...Eso si que no me le espere... :D



    bastante drastica y original la idea...Me gusto


    Besos!


    S.K

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  2. me encanta me facina deverdd sigue pronto ya hace mucho q no leo una historia asi :D no tardes xfavor

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  3. wowwww increible chicaaa no veas q intrigada me dejaste O_o! NO PUEDES DEJARME ASIII!!! SACA OTRO CAPI PLISSSS!! T_T weno wapisimaaa besitosss y pasate kuando quieras por mi blog ;):

    http://cientounviajeshistoria.blogspot.com/

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  4. Hola querida:D

    Pasando a desearte una hermoooosa semana:D

    El prólogo te deja con muchas ganas de más. Éso sí, sólo es un consejo, aumenta un poco la fuente que se ve pequeña y confunde las letras:D

    kisses:D

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  5. perfectamente creo que se puede agrandar la pantalla jejeje
    y me gustó tu prologo!
    envuelve secreto eh...

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  6. WOW!!!!
    Que prologo tan más interesante!!
    Seguire con el 1° cap (:

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